Muy buenas a todos! Me hace mucha ilusión poder escribir aquí este año y leer las experiencias de mis compañeros. El año pasado, este hilo fue para mí una gran fuente de inspiración y motivación, así que espero que pueda serlo para los que vendrán.
Mi historia es algo peculiar y atípica (incluso me planteé que quizá no fuera útil compartirla), pero me apetece mucho contarla y me siento en deuda con todos los Pires 2014/2015 que tan generosamente nos regalaron sus experiencias el año pasado
Expediente: 3,07
Nº Aciertos: 198
Nº Errores: 25
Nº en Blanco: 2
Puntuación Total: 569
Baremo: 3,07
Posición: 99
Nº de convocatorias: 2 (4 y 1/2 meses la primera y 11 meses la segunda).
Historia previa y contexto:
El PIR es un destino al que se puede llegar desde muy diversos orígenes. Para mí eso es esperanzador y me da la pauta que este es un camino de gran diversidad, y eso siempre es bueno
. A diferencia de la mayoría de vosotros, yo no soy de España ni he estudiado aquí. Soy argentino y llevo aquí sólo 2 años.
Estudiando en Argentina (Córdoba concretamente) hice un Erasmus Mundus (versión del Erasmus para no europeos) a Portugal. Allí conocí a una murciana que luego me trajo a estas tierras, adonde he venido a buscarme la vida
A pesar de lo bonito y romántico de dejarlo todo para venir a estar con mi pareja aquí, al llegar a España la realidad laboral fue una hostia en toda regla, y eso me hizo plantearme seriamente qué hacer y cómo quería plantearme mi futuro profesional. Luego de la frustración, introspección y ver con qué recursos contaba (tanto económicos, como afectivos), decidí en Septiembre de 2014 embarcarme en esta hermosa locura.
Para hacer el PIR o cualquier otro trabajo de Psicólogo en España necesitaba el título homologado, y el mío estaba aún en trámite (es un proceso lento, tedioso y a veces hasta es necesario repetir asignaturas en la Universidad). Como pensé que no llegaría a tiempo para la convocatoria de ese año, decidí tomármelo con calma: me compré una guía Foco de segunda mano para empezar a ver los manuales y mientras lo compaginaba con una formación en Sistémica, un trabajillo llevando grupos terapéuticos con ese mismo enfoque y un voluntariado en una asociación de personas con enfermedad mental. La idea era adelantar material ese año para apuntarme en el curso siguiente a Foco. Finalmente, mi homologación llegó el mismísimo último día del plazo de inscripción, así que fui corriendo con todos los papeles a la subdelegación de gobierno y alcancé a inscribirme. A esas alturas todas las academias habían empezado, así que seguí con mi plan de ir por mi cuenta pero me tomé el estudio con más seriedad y dedicación, para ver hasta dónde podía llegar ese año dadas las circunstancias (sólo faltaban 4 meses para el examen).
¿Para qué cuento todo esto? ¿Qué tiene que ver con el PIR? No conozco otros pires extranjeros pero seguramente algunos otros casos habrá y quizá alguno venga más adelante. Mi experiencia no es muy representativa, pero puede servir a gente que viene de otros contextos y piense que sacarse el PIR, teniendo una base de carrera tan distinta, sea imposible. Buenas noticias: no lo es
¿Cuánto tiempo os habéis estado preparando el PIR? ¿Cuántas horas habéis estudiado más o menos?
Primera convocatoria (Septiembre 2014 - Enero 2015): Los primeros meses fueron de toma de contacto con material COMPLETAMENTE NUEVO para mí, todos los grandes próceres del PIR me eran totales desconocidos. En Argentina la carrera es muy diferente: Muy orientada al Psicoanálisis, en segundo lugar Sistémica y Neurociencias. La orientación Cognitivo-Conductual brilla por su ausencia. Con tal atragantamiento de manuales tuve que priorizar las áreas más preguntadas y alcancé a leer y repasar Psicopatología, Terapias, Evaluación y algo de Metodología y Personalidad. El resto, ni lo toqué. Las horas estudiadas no tengo idea, este año fui muy asistemático y fue un poco ensayo. Estudié sobre todo en mi casa, algunos días dándolo todo y otros más dispersos, el segundo año eso cambió completamente.
Me presenté e hice un buen examen, estaba muy concentrado y al haber pasado poco tiempo desde que había empezado a estudiar, no llegué tan cansado, hasta lo disfruté. Quedé el 390. El resultado me alentó y vi que era algo posible, así que me planteé darlo todo el año siguiente.
Segunda convocatoria (Marzo 2015 - Enero 2016): Me apunté a Foco Online y seguí con la misma estrategia de manuales. Al principio fue fácil llevar el material porque ya me había leído los Belloch, pero paulatinamente me fui atrasando y creo que al final iba entre 1 y 2 semanas retrasado respecto al planning que marcaban. En esto hay que ser flexible y estratégico para encontrar el equilibrio entre estudiar bien y seguir el ritmo. A veces merece la pena atrasar el planning si se trata de información fundamental, y a veces puedes dejarlo para la segunda vuelta o quedarte con la información básica de las clases para ampliarlo después si hay tiempo. Di 3 vueltas al temario como marca la academia.
Este año fue especialmente difícil a nivel emocional y me siento muy identificado con lo que comenta
miji, así que voy a profundizar en lo que me pasó a mí y cómo lo manejé (cuando pude hacerlo) y dejaré un poquito de lado la metodología de estudio porque no hay nada con lo que no esté de acuerdo sobre lo que han contado mis compañeros en ese sentido:
Bajones emocionales: momentos en que la energía me abandonaba y me costaba mucho estudiar. Pensaba que mi estrategia no era buena, a veces los simulacros no acompañaban, me veía sin plaza y estudiando un año más. Mi deseo de independizarme económicamente era tan grande que el miedo a fracasar era proporcionalmente igual de grande, y eso me pesaba mucho. Por momentos no veía el PIR como un deseo mío, sino como un deber a cumplir: TENGO que sacar plaza. Ese tipo de pensamientos no me ayudaron nada y fueron un gran lastre. Me fue necesario trabajarme y mirarme conscientemente cuáles eran mis temas no resueltos, para poder centrarme y dirigir la atención nuevamente hacia el estudio, una y otra vez cada día.
El día de la marmota: algo que me desesperaba también era ver como mis días eran idénticos uno tras otro mientras la gente de mi alrededor tenía una vida que avanzaba: amigos que tenían hijos, o se casaban, se separaban, cambiaban de trabajo, lo pasaban bien o lo pasaban mal, en cambio yo seguía en la biblioteca y el mundo seguía su curso paralelo. Para esto me ayudó tomármelo a modo mindfulness: conciencia en el momento presente. Afrontar cada día como un reto independiente con objetivos definidos, sin pensar en los días siguientes ni en los meses que faltaban para el examen.
Propósito: muchas veces perdía la noción de para qué estaba estudiando. En esto me ayudó mucho tener otras actividades. Como comentaba antes estuve trabajando llevando grupos de desarrollo personal con enfoque sistémico y un voluntariado en una asociación. Fue un trabajo que no me demandó mucho tiempo (algunas horas a la semana) y me mantenía en contacto con lo que realmente me gusta de la psicología: ver personas, ayudarlas y darles herramientas para que se desarrollen. La realización personal y profesional que obtuve de esa experiencia me dio fuerza y perspectiva para ver el estudio como medio para un fin, que era poder seguir haciendo lo mismo, pero con más proyección laboral, formación y tranquilidad económica. Si podéis combinarlo con el estudio, recomiendo enormemente realizar alguna actividad similar que os guste y os mantenga en contacto con la profesión.
Día del examen y nervios que traicionan: Para mí este año la experiencia del examen fue bastante más dura que el año anterior, quizá porque iba con más expectativas de plaza pero también con más presión de tener que hacerlo bien y eso me traicionó a último momento y mi sistema nervioso autónomo comenzó a hacer cosas muy raras ¿Cómo lo manejé? Pues no lo manejé, lo padecí, y esto puede suceder en el examen, sin embargo tengo plaza. Cuento esto porque es importante tener en cuenta un factor del que nadie habla mucho: el estado el día del examen. Para conseguir plaza no basta solo el conocimiento lamentablemente, hay muchos factores que podemos controlar y muchos otros que no, y hay que ser consciente de la imposibilidad de tenerlo todo controlado y sujetado, para poder centrarnos en lo que sí podemos hacer.
Confiar en la intuición: Hay cierta proporción de preguntas del PIR que se contestan con la
intuición y no con el conocimiento ni el razonamiento. No suelen ser muchas pero pueden marcar una diferencia y he aprendido al revisar mis simulacros y exámenes anteriores, que la intuición suele darme buenos resultados. Mi recomendación: hacer simulacros o exámenes contabilizando cuáles son las preguntas que contestas porque la opción “te suena más” o “tiene pinta de ser esta” pero que podrías dejar en blanco porque no tienes ninguna seguridad de tu elección. Luego contabiliza las netas o el porcentaje de aciertos que salen de ahí. De ahí encontrarás cómo de buena es tu intuición y puedes decidir si seguir utilizándola o descartarla por completo. A mí esto me ha ayudado y soy partidario de dejar muy pocas en blanco o ninguna de ser posible, ya que con 4 opciones no hay prácticamente riesgo.
Método de estudio utilizado -materiales, academias, trucos...
Intentaré ser breve para no redundar en información ya dada por otras personas:
Durante el primer año solo leí, subrayé e hice esquemas de lo más importante, no me dio tiempo a más. Lo que sí hice fue trabajar mi estrategia de examen, hacer los exámenes anteriores (desde 2004) y revisar mis porcentajes de aciertos cuando no podía descartar ninguna o 1 opción y calcular hasta dónde me era rentable arriesgar.
El segundo año, para la primera vuelta leía y subrayaba y luego veía las clases online de Foco, la función principal era entender las cosas y darles contexto. A su vez, iba haciendo tarjetas (flaschards) con un programa similar al Cede-Memory pero que me descargué en mi ordenador. Estas tarjetas eran de información a memorizar, esa que hay que revisar mil veces para retener y comencé a utilizarlas para la segunda y tercera vuelta y fueron vitales para memorizar información arbitraria (ttos eficaces, cosas de neuro, tests y subtests, criterios temporales del DSM, etc.). A estas alturas casi no tocaba los manuales y sólo veía las clases donde tenía algunas dudas. Este sistema tiene la ventaja de poder permitir revisar todo a la vez y llevar la información siempre fresca, ya que se adapta al usuario y planifica la memorización dependiendo de qué material me resultaba más o menos difícil de recordar a mí.
Y, lo más importante, ¿cuál diríais que es la receta del éxito?
Perseverar y ser constante, esa es la única receta que puede funcionar en el PIR. Lo demás ya lo sabéis: conocerse a uno mismo, ver qué es lo que mejor funciona para mí y crear una estrategia propia, no utilizar las fórmulas de los demás. Ser constante y establecer una rutina que podáis seguir y adaptada a vuestras circunstancias. Quiérete mucho y trátate bien: descansa, haz algún viaje a mitad de año, date algún capricho, cuida tu cuerpo. Estar centrado emocionalmente, no actuar en automático y tener el objetivo claro, y en este sentido busca la ayuda que sea más adecuada para ti: haz yoga, medita, haz ejercicio, habla con gente que te pueda dar un apoyo emocional, estudia en grupo, haz terapia! Jaja, lo que sea que a ti te sirva y te mantenga cuerdo durante todos estos meses de curro intenso.
Y si has llegado hasta aquí, muchas gracias por leerme!
Un abrazo gigante y mucha fuerza,
Lucas.-