Para superar las recaídas, la Terapia Cognitiva basada en el Mindfulness para la depresión principalmente promueve que los pacientes:
1. Se distraigan o evitan los estados de tristeza o infelicidad.
2. Aprendan a reducir la probabilidad de que se reinstale la rumia o pensamiento rumiador, en los momentos en que incrementa la disforia o ánimo bajo.
3. Aprendan a llevar a cabo más actividades agradables y eviten o escapen de las desagradables.
4. Se conviertan en buenos o excelentes meditadores en la tradición budista.
Para mi es la 2. Aprendan a reducir la probabilidad de que se reinstale la rumia o pensamiento rumiador, en los momentos en que incrementa la disforia o ánimo bajo.
Versión 4
"Malditas sean las guerras y los canallas que las hacen" (Julio Anguita)
El papel ejecutivo de la metacognición como proceso regulador del comportamiento (Flavell, 1976) ha sido propuesto como uno de los mecanismos de acción quizá más establecidos entre las vías de acción implicadas en la práctica de mindfulness. La conciencia metacognitiva es, de hecho, un componente clave de los acercamientos terapéuticos que utilizan mindfulness. Por ejemplo, la Terapia Cognitiva Basada en Mindfulness (Segal, et al., 2002) trata de potenciar esta capacidad para disminuir los procesos de rumiación. Cuando un practicante de mindfulness
desarrolla un buen nivel de conciencia metacognitiva es capaz de usar esta habilidad para interceptar pensamientos indeseables y elegir una respuesta más adecuada.
La metacognición implica la focalización de la atención sobre la corriente de eventos mentales, e intencionalmente interrumpir ese curso con una nueva corriente mental, cuyo objeto de atención son los eventos mentales precedentes. Estos procesos metacognitivos se conocen como regulación de la atención.
Un aspecto importante de esta relación es la tendencia de las personas a dejarse llevar y dominar por una cadena de pensamientos. Durante mindfulness este proceso puede ocurrir pero la relación que se establece con él es diferente. Se toma conciencia del hecho de estar inmersos en un torrente de pensamientos interminable, que están presentes queramos o no. La cuestión no es eliminar esos pensamientos sino tomar conciencia, observar y distanciarse. La meditación por mindfulness funciona, no cambiando los contenidos de nuestros propios procesos adoptando un papel de espectador de nuestros propios procesos.
Por ejemplo, la rumiación o preocupación es uno de los procesos cognitivos que acompañan a numerosos trastornos psicológicos. Cuando una persona se preocupa acerca de algún problema, incluso cuando parece que está afrontando el problema, realmente su preocupación le está apartando de percibir de forma directa la auténtica naturaleza de la dificultad. Esto sucede porque la preocupación supone siempre hacer un juicio de valor acerca de la experiencia. Mindfulness trabaja en el sentido contrario, favoreciendo la actitud de dejar marchar los propios pensamientos sin juicio alguno. Esta habilidad tiene implicaciones directas sobre la salud pues impide el estancamiento en círculos viciosos, a veces tremendamente deletéreos.
La utilización del mindfulness parece intervenir directamente sobre diversos aspectos de los pensamientos rumiativos, explotando la forma repetitiva en la que éstos trabajan.
Esta actitud cognitiva supone una toma de perspectiva (descentramiento que permite no identificarse con ellos, así, por ejemplo se bloquean los patrones rumiativos propios de los pacientes depresivos (Segal et al 1995).