Hoy he tenido un día estupendo. ¿Por qué? Por mis pacientes. Por compartir con ellos y descubrir con ellos. Volvía a casa pensando en las entrevistas de hoy, en cómo las respuestas a mis preguntas me siguen sorprendiendo, y he escrito este texto en mi blog:
Diez lecciones sanas de mis pacientes. Y os lo querría dedicar a los valientes que habéis conseguido el premio por el que lleváis tanto tiempo luchando: una plaza PIR.
Os esperan cuatro años increíbles. No todo va a ser bueno, ojo. Cuando os queráis dar cuenta, se os habrá esfumado la alegría de hoy y os estaréis quejando de los adjuntos, de los tutores, de los recortes, de la hipermedicalización y el estigma y el DSM-V y... El ser humano es así. Pero os esperan momentos mágicos de aprendizaje, apertura, madurez y entrega. Esta profesión es muy, muy grande. Enhorabuena.
Sobre todo, no olvidéis lo que digo en el post: la parte sana. El increíble caudal de recursos que tienen los pacientes. Lo mucho que saben sobre ellos mismos y que nos pueden enseñar si aprendemos a preguntar. Hoy he hecho un role-play con un señor de 65 años para practicar cómo conectar emocionalmente con su mujer, y aunque al principio me preguntaba si estaba perdiendo el tiempo, su reacción y su implicación han sido sorprendentes.
De verdad, de verdad: empieza el principio del resto de vuestra vida. Aprovechadlo bien.
Un beso muy grande (y quien quiera información sobre Cádiz, como siempre, que lea el hilo o me escriba un privado).
www.psicosupervivencia.com: que tu mente no acabe con tu vida.