El
error “último” de atribución es una pauta explicativa típica de las relaciones entre grupos, consiste en atribuir los éxitos del propio grupo a causas internas como la elevada capacidad y competencia, y los del grupo opuesto o rival a las circunstancia externas, como la suerte o la ayuda de otras personas. A la inversa, los fracasos del propio grupo se achacan a causas externas, como la mala suerte o la envidia de otras personas, y los del grupo opuesto a causas internas, como la incompetencia o falta de cualidades positivas.
El
error fundamental de atribución consiste en una tendencia exagerada a explicar la conducta de los demás apelando a sus disposiciones internas de personalidad, a su carácter o temperamento o a su forma de ser