En la evaluación de la probabilidad de las conductas suicidas y autolíticas conviene:
1. Abordar el tema directamente solo cuando haya indicios de riesgo.
2. Abordar el tema directamente, con preguntas explícitas, independientemente de la presencia o no de factores de riesgo.
3. Abordar el tema indirectamente para que el paciente no se sienta intimidado.
4. No abordar el tema, ya que hablar de suicidio incrementa la probabilidad de que la persona lo lleve a cabo.