¡Hola a todas y todos!
Aviso a navegantes: se viene una parrafada considerable ya que me va a ser complicado resumir tantos años en pocas palabras.
Me imaginé un montón de veces, entre lágrimas, escribiendo mi historia en ForoPir y ahora que ha llegado el momento, apenas sé cómo empezar… Bueno, supongo que lo mejor será que empiece por el principio
Nº aciertos: 132
Nº errores: 40
Nº en blanco: 1
Puntuación total: 87,1523
Baremo: 7,07
Posición: 113
Nº de convocatorias: 6
Puesto estimado por las academias: no lo sé, ya que tras varios palos gordos en años anteriores, decidí no meter mi plantilla.
¿Por qué decidisteis empezar a preparar el PIR?, ¿cómo ha sido vuestro camino hasta llegar aquí?, ¿cuánto tiempo le habéis dedicado?
Cuando yo hice la carrera, esto del PIR no era tan conocido como lo es ahora. Tampoco es que yo fuera un hacha buscando información y opciones, por lo que me enteré de esto del PIR en 5º de carrera (último curso, ya que soy de licenciatura). Tampoco os creáis que tuve mucha conciencia de lo que era en ese momento, simplemente empecé a escuchar que había algunos compis de curso preparándoselo, pero eso pasó por mi mente un poco sin pena ni gloria.
Una vez acaba la carrera, no me veía con conocimientos suficientes para trabajar como psicóloga y decidí echarme a la aventura e irme de aupair al Reino Unido. Spoiler: salió mal. A las pocas semanas me volví y me vi sin saber muy bien qué hacer, por lo que el PIR empezó a resonar en mi cabeza. Después de buscar información, empezó a interesarme y decidí que quería probar porque me parecía una buenísima opción de cara a coger práctica y aumentar los conocimientos de psicología, además de salir con un título de especialista, claro.
A partir de aquí iré separando por convocatorias:
-Convocatoria 0: le llamo a esta convocatoria la número 0 porque ni siquiera me presenté al examen. Ahora entenderéis el por qué y lo bien que le va este número jeje.
Me apunté a un curso de Foco en el que había clases un sábado al mes, en Santiago de Compostela. Empecé a coger el material, estaba motivada, con ánimo y sobretodo, con ninguna idea de lo que el PIR significaba realmente. Creo que cuando las profes nos explicaron el proceso de preparación del PIR mis neuronas estaban en reposo absoluto, ya que hice todo lo contrario a lo que nos recomendaron. Si había que estudiar 6 días a la semana y descansar 1, yo descansaba 6 y estudiaba 1. Eeeeeeen fin… Siempre fui muy buena estudiante y jamás tuve que prepararme los exámenes a conciencia, hasta llegar a la carrera. Pero todos sabemos que en la carrera se estudia los días o semanas antes y suele llegar para aprobar. Aviso: el PIR no funciona así xD
Me sentí todo el año muy perdida, pero creo que en verdad en mi cabeza sabía que lo que ese año quería hacer era descansar de la carrera.
Mi abuela se puso enferma días antes del examen por lo que eso fue la excusa perfecta para no ir. Obviamente, no iba bien preparada ni por asomo por lo que no me sentí mal por no ir.
-Convocatoria 1: ahora sí, me lo quiero tomar en serio. Decido que ya es momento de hacer las cosas bien y mi sentido de la responsabilidad, que siempre ha estado demasiado presente en mi vida (salvo en la convocatoria 0), aflora con más fuerza que nunca. Otra vez vuelvo a apuntarme a Foco, esta vez a las clases presenciales una vez por semana. Considero que para aprovechar mejor el tiempo, me es mejor irme a vivir a Santiago y eso hago. Pero la vida tenía otros planes para mí y este año fue sin duda el peor de mi vida. Me mudo con dos chicas que no conocía y que también iban a empezar a preparar el PIR. Una de ellas resultó ser muy tóxica para mí. Además, tóxica de forma encubierta, por lo que de cara a la galería se comportaba de una forma, mostraba que se preocupaba por mí, pero conmigo era de otra. Claro está que a ojos de los demás, la que estaba comportándose de forma extraña era yo. De la otra compañera no puedo decir nada malo, al contrario, creo que nos hubiéramos llevado muy bien si la situación fuera diferente. Pero en el estado en el que estaba, totalmente hundida, llorando a diario y sintiendo que me iba a volver loca si seguía con esa convivencia, decido dejar el piso e irme a mi pueblo de nuevo. Seguí yendo a las clases de Foco, por supuesto.
Por si el sentirme totalmente hundida no fuera suficiente, me empezó un cuadro de síntomas que acabó desembocando en una artritis reactiva a un virus, que me tuvo sin poder apenas comer ni caminar durante meses y con un dolor que no le deseo ni a mi peor enemigo. Todo esto, sumado a que era yo quien tenía que buscar una sustituta para mi sitio en el piso y mientras tanto seguir pagándolo. Estuve fatal tanto física como psicológicamente durante unos cuantos meses hasta que por fin, un reumatólogo acertó con unas inyecciones que me empezaron a mejorar los síntomas. Fue un proceso muy largo (de hecho, a día de hoy todavía no me han dado el alta, aunque ya llevo años sin brotes) y doloroso.
Con esta historia tan personal no pretendo dar pena a nadie, al contrario, pretendo mostrar que la vida no se va a parar porque decidamos preparar el PIR y no tengamos tiempo a nada más: van a venir tanto cosas buenas como malas y tenemos que afrontarlas como mejor podamos. Nos pasan a todos, pero obviamente cada uno sabe de las suyas. Por lo que si durante la preparación os pasan cosas que os tocan anímicamente, tratad de dedicarles tiempo y solucionarlas sin perder de vista vuestro objetivo, pero sin torturaros por no poder estudiar durante X tiempo.
Actualmente, debería incluso estar “agradecida” por haberme topado con esa persona, porque gracias a dejar el piso y volver a mi casa, conocí a un hombre maravilloso que desde entonces (y van ya casi 6 años) es mi pareja y fue uno de mis mayores apoyos en este camino. Dicen que todo pasa por algo, y yo creo que es cierto.
Tras esta contextualización… lo importante: examen PIR. Ese año apenas pude estudiar desde los meses de Abril a Septiembre, por lo que tampoco me sentía bien preparada. Me presento y quedo la 700 y pico. ¡Ni tan mal para lo que me esperaba! Además, el examen me pareció asequible y pensé que con esfuerzo, se podía lograr. Peeeeeero, al año siguiente tocó el cambio de tribunal.
-Convocatoria 2: sigo en Foco. Ese año fue bastante normalito, lo cual agradecí muchísimo viniendo del año anterior, que fue catastrófico. No recuerdo nada relevante de este año (por suerte para vosotros, pobrecitos míos jaja). En esta convocatoria, como dije, fue aquel famoso cambio en la tendencia de preguntar en el examen, por lo que me llevé un chasco. El examen anterior me había parecido sencillo, con preguntas nada enrevesadas pero éste cambió el asunto. Aun así, mis resultados mejoran: quedo la 400 y algo.
-Convocatoria 3: este año ya no voy a clases presenciales, sino que me apunto a Foco online, ya que el tener que desplazarme semanalmente a Santiago me suponía un gasto considerable. Esta modalidad online me gustó mucho también y aproveché bien el curso. Noto que los años empiezan a pesar y empiezo a darme cuenta de que esto del PIR no es un camino de rosas. Ahí están también los pensamientos de “¿y si nunca lo consigo?”“¿qué estoy haciendo con mi vida? ¿y si yo no valgo para esto?”.
En esta convocatoria quedo un pelín mejor que la anterior: 300 y pico.
-Convocatoria 4: no recuerdo si esta convocatoria estuve en Foco online de nuevo o si simplemente me apunté a la opción de materiales de ampliación para antiguos alumnos. Me tenéis que perdonar, al final una se lía con tantos años…
En esta convocatoria el examen me pareció complicado, más aún que el anterior. Bajo un poquito mis resultados: otra vez, 400 y algo.
-Convocatoria 5: lo más destacable de esta convocatoria, fue el fichaje diario en ForoPir. Allí coincidí con un grupo de personas que me hicieron los días más llevaderos. Las charlas, los comentarios de ánimo, el ver que todos estábamos en una situación similar, que no era la única “pringada” que estaba día a día al pie del cañón, me hizo sentir muy arropada. De hecho, hoy en día mantengo el contacto con muchos de los fichadores de ese año y los considero amigos de los de verdad. Es curioso el vínculo tan fuerte que se puede llegar a crear con personas que ni siquiera has visto. Por lo que si os sentís solos, ¡os animo muy mucho a que fichéis! Es una forma de sentirse acompañado en este camino
Este año, los últimos meses vuelven a ser de traca. El examen era el 25 de Enero y el día 19 de Diciembre, a mi abuela le da un infarto. Salió de casa consciente, pero llegamos al centro de salud y está ya inconsciente. La doctora de guardia nos dice que está muy malita, que van a intentar hacer todo lo posible por salvarla, pero que nos pongamos en lo peor. No soy una persona religiosa en absoluto (aunque respeto a todo el que lo sea, por supuesto) pero recuerdo estar en la sala de espera pensando: Dios, por favor, haz que se recupere; me da igual el PIR, no me importa no sacar plaza, pero por favor, que mi abuela se ponga bien. La tienen que trasladar a un hospital y llega “un poco mejor” según nos dicen. Ingresa en la UCI y allí permanece unos días. Fueron los peores días de mi vida. El verla allí conectada a un ciento de máquinas, llena de moratones por las vías y cables que tenía conectados, y aun así con una sonrisa en la cara, haciéndonos bromas para que no nos preocupáramos, me partía el alma. Una vez sale de la UCI y sube a planta, se pone fatal otra vez: empeora y se recupera en varias ocasiones. Finalmente, cuando está más estable, la trasladan a Coruña para hacerle una operación de corazón (el motivo del infarto fue que una de las válvulas se le había cerrado por lo que no podía bombear sangre al resto del cuerpo). La operan el día después de mi cumpleaños, el 17 de Enero y, afortunadamente, todo sale bien. Vuelve para casa el 24 de Enero, un día antes del examen. Sobra decir que este último mes apenas pude estudiar. Me presento al examen y quedo la 192.
-Convocatoria 6: decido seguir porque me quedo a las puertas a pesar de las circunstancias pasadas. ¿Lo relevante de este año? PANDEMIA. Sinceramente, y que no se me malinterprete, por favor, me “vino bien” en algunos aspectos: era obligatorio estar en casa, algo que yo llevaba haciendo los últimos 5 años, no se podían hacer planes… por lo que lo único que podía hacer era estar en casa y estudiar. No obstante, con el paso del tiempo me fue pasando factura y me noté muy destrozada anímicamente. Este año tuve muchísimos bajones y pensé abandonar el PIR en numerosas ocasiones, aunque en mi subconsciente sabía que no lo iba a hacer. Como le dije muchas veces a mi madre: pararé cuando yo pueda con el PIR o cuando el PIR pueda conmigo, antes no.
Mencionar este año la grandísima ayuda que tuve de Sole y de mis fichadores (ahora vía whatsapp). Sin ellos todo habría sido mucho más complicado.
Este año fue el más largo en cuanto a meses de estudio ya que, como sabéis, todo se fue retrasando por el tema del COVID.
Llega el día del examen y… ¿WTF? ¿Qué es esto? Contesté con seguridad a bien pocas preguntas, aunque se ve que la memoria implícita estaba ahí trabajando. Me pareció surrealista: un porrón de preguntas de manuales nuevos de los que nadie contaba que se profundizara hasta semejante nivel, preguntas mal formuladas, errores ortográficos (aquí conocimos al famoso DMS-5 y al BELLO perirrectal), y un largo etc. Ni siquiera tuve tiempo de repasar el examen. Mi segunda vuelta consistió simplemente en ir respondiendo a las que había dejado en blanco. Salgo echa mierda (con perdón por la expresión). Me espera fuera mi pareja, reviento a llorar y le digo que hasta aquí llegó mi camino con el PIR, que no hay plaza que compense el sufrimiento de los últimos años y que además, con exámenes como este, el esfuerzo no sirve para nada.
Pasan los días y yo estoy segura de que no tendré plaza. Es más, me empiezo a plantear hacer un ciclo de auxiliar de enfermería. No quería saber nada del PIR, ni de la psicología en general.
Salen los resultados y… sorpresa para mí, ¡ni tan mal! No obstante, ahí está el gran olvidado en este testamento que os estoy soltando: mi expediente bajito, “por culpa” del cual me había quedado fuera ya en 2 convocatorias anteriores, aun teniendo un buen examen. Por lo que pienso que, aunque el examen no me haya salido tan mal como creía, mi enemigo todavía estaba ahí y me haría descender puestos y quedarme sin plaza.
No metí mis resultados en ningún estimador porque en 2 convocatorias me estimó dentro y el batacazo fue criminal. Pero iba hablando con amigas que sí los habían metido y me comentaban un poco cómo estaba el asunto. Empiezo a tener esperanzas en que la plaza no está perdida.
Y salieron las listas provisionales: 112 (al final, en las definitivas me moví un puesto: quedé la 113). No me lo podía creer. Revisé la línea de mi nombre unas 25 veces, temblando y llorando. ¡Sí, estaba bien, esa era yo! ¡Había llegado el día con el que tanto había soñado! Los días siguientes (y todavía me dura) creo que me disocié un poco. Me acuerdo que en algunos momentos del día pensaba: Lucía, que tienes plaza, que lo conseguiste. Pero todavía me cuesta asimilarlo. Creo que tomaré conciencia en el momento en que firme el contrato, antes no jaja.
¿Cuál ha sido el método de estudio que habéis seguido? (Materiales, manuales, academias, resúmenes, simulacros…)
Como comenté, la academia que conozco de primera mano es Foco. Desgraciadamente, este año ha cerrado sus puertas… No puedo decir un punto débil de esa academia, ya que tanto a nivel profesional como personal, estaba formada por personas de 10. Quizás hoy en día, si volviera a empezar, me inscribiría a una academia que no fuera por manuales originales. Pero lo comento simplemente porque es una preferencia personal: soy una persona muy (muy, muy, pero que muy) ansiosa, perfeccionista y responsable, lo cual me jugó muy malas pasadas al ir por manuales originales, que son absolutamente inabarcables en su totalidad o con la profundidad que yo pretendía abarcarlos. Por la contra, el punto bueno de los manuales originales es que partes del contexto de base y tienes toda la información que necesitas y más.
Os pongo aquí los recursos que utilicé:
- Materiales y cursos de Foco
- Libros de metodología y básica de Cede
- Simulacros de diversas academias
- DSM-5, Belloch 2020 (muuuuy por encima y solo algunos puntos marcados por las academias), Caballo de psicopatología… Estos libros los pongo a parte porque, al no estar con ninguna academia los últimos años, no sé si entran en los materiales que las academias facilitaban, pero supongo que sí.
- Mini-exámenes de ForoPir (eterno agradecimiento a Sole)
- Documentos de ForoPir
Y por último… ¿cuál creéis que es el secreto para conseguir una plaza?, ¿qué consejos daríais?
Como he leído que han escrito otros compañeros en historias anteriores, no hay ningún secreto. Ojalá, pero no. Tampoco creo que yo esté en situación de daros ningún consejo…
Os voy a comentar los fallos que creo que he cometido, por si a alguien le sirve para tomar conciencia de ellos o intentar no cometerlos:
-No confiar nada en mí misma. Si hubo algunos pensamientos que me acompañaron durante prácticamente toda mi preparación (aumentando a medida que pasaban los años) fueron del tipo “cómo vas a lograr esto tú”, “en qué estabas pensando para creer que ibas a poder conseguirlo”, “con tu expediente, no lo sacas en la vida”, “de las 4000 y pico personas que se presentan, ¿cómo vas a estar tú entre las mejores?”, y un largo etc.
Tened fe en vosotros mismos. Lo único que hacéis teniendo ese tipo de pensamientos es lo que yo hice durante estos años: perder autoestima, perder motivación y bajar el rendimiento. La única forma 100% fiable de no lograr una plaza PIR es no luchando por ella.
-Compararme constantemente con los demás. Aquí está la famosa comparación que diría nuestro amigo Beck: compararse con otros llegando a la conclusión de que se es inferior. Me comparaba con todo el mundo: otros opositores PIR que habían sacado plaza antes, mis amigos que ya tenían sus trabajos estables y sus vidas más o menos asentadas… Sentía que mi vida estaba totalmente estancada y sin nada asegurado. Llevaba la misma vida que una persona de 18 años: viviendo en casa de mis padres, sin ingresos económicos, sin un plan de futuro, etc. Ahora comprendo que cada uno tiene su proceso, que no todas las vidas van al mismo ritmo. Y tened en cuenta que los demás nos enseñan lo que quieren que veamos y que ninguna vida es perfecta.
-Creer que a mayor número de horas delante de los libros, mayor rendimiento. Yo era de las que pensaba que si dedicaba todos los días entre 9 y 11 horas, el material tendría que ir mejor preparado que si dedicaba 6. Mentira. El truco no está en echarle horas de más, sino en aprovechar las que se esté estudiando. A mí me cuesta un montón concentrarme; de hecho, nunca he tenido la sensación de estar concentrada, por lo que pensaba que cuantas más horas estudiara, más posibilidades tendría de concentrarme y coger el hábito. No os fustiguéis si un día no rendís o si no llegáis a los objetivos que os marcáis. No a todos nos lleva el mismo tiempo estudiar o comprender las cosas. Aprended a conoceros y a ver qué os funciona a cada uno de vosotros.
-No descansar lo suficiente. Cuando el cuerpo os pide parar, hacedle caso. Yo aprendí a hacer esto en el último año. Si un día necesitaba parar porque estaba saturada, intentaba hacerlo. Otra cosa es el cómo me sentía parando y los pensamientos negativos que se me venían a la cabeza. Controlarlos me fue bastante imposible, la verdad…
-Sentirme culpable por descansar. Esto va hilado con lo anterior y es que muchas veces, cuando descansamos, sentimos que estamos perdiendo el tiempo. No es verdad, lo estamos ganando. Nuestro cuerpo y nuestra mente no pueden estar 24/7 dedicados al PIR. Necesitan hacer otras cosas, aunque sea simplemente dormir o ver una serie.
-Empezar a tope. Os recomiendo que empecéis de menos a más, que vayáis cogiendo el ritmo poco a poco. El PIR son muchos meses o años de dedicación y si damos nuestro 100% desde el principio, seguramente llegaremos al día D a medio gas.
Sé que es muy sencillo decir todo esto desde el otro lado, pero entiendo lo complicado que resulta aplicar todos estos puntos. Como os digo, yo fui cometiendo todos los errores año tras año xD. Es ahora cuando te das cuenta de lo que has hecho y de cómo podrías haber actuado mejor.
Por ello, tampoco os machaquéis si cometéis errores: ninguno somos perfectos y aprendemos a base de palos y sobre la marcha. Quereros mucho aunque os cueste. Estáis luchando por algo que es sumamente complicado y que requiere un esfuerzo tremendo. Sed tolerantes con vosotros mismos, apoyaos en los vuestros, llorad cuando tengáis que hacerlo, maldecid al PIR, al ministerio, a quién os dé la real gana, tenéis todo el derecho del mundo a hacerlo.
¡Ah! Se me olvidaba: haced caso omiso a comentarios desafortunados de gente ajena al PIR. Por desgracia, vais a tener que escucharlos a lo largo de vuestra preparación. Muchos de ellos no son malintencionados (la mayoría quiero creer), pero igualmente hacen daño. Intentad pensar que la gente os lo dice para animaros y porque realmente no tienen idea de lo que esto supone y no encuentran forma mejor de apoyaros. Procurad no darles más importancia de la que tienen, aunque sea muy complicado.
Y quisiera decir también otra cosa: si en algún momento decidís abandonar, no sois peores por ello. Es una decisión tanto o más difícil que la de seguir y vosotros mejor que nadie sabéis hasta dónde debéis/podéis/queréis llegar. Dicen que hay vida más allá del PIR, y debe de ser cierto.
Por último (por fiiiiiin jaja), cual discurso de los Goya, quiero agradecerles su apoyo a algunas personas.
La primera, mi madre. Sin duda, ella fue de las pocas personas de mi alrededor que nunca dudó de que lo conseguiría, que me apoyó incondicionalmente, que aguantó mis muchos bajones y me dio las palabras de ánimo que necesitaba para seguir. Fue mi pilar fundamental y nunca podré agradecérselo lo suficiente.
La segunda, mi pareja. ¡Anda que no ha tenido que sufrir el pobre! Siempre tenía una charla motivacional preparada para mí (a modo de bronca a veces, esa es su forma xD) y solía acabar con un “yo estoy seguro de que lo vas a conseguir”.
Las terceras… ¡mis personitas importantes del foro!
Sole,
Yoguilo,
Mila Resol,
Maisa,
Luara,
Naiabesla,
Lunaticas9,
Calendulo… ¡gracias por tanto! No sabéis lo importantes que habéis sido en este proceso y no hay palabras para agradeceros tantísimo apoyo y tantos buenos momentos compartidos.
También quiero dar las gracias a
Here93: en un momento de bajón de este último año le escribí un mensaje porque leí su historia en Futuros pires y me sentí muy identificada con él en muchos aspectos. Me envió una respuesta en la que supo darme muchos ánimos. Es más, imprimí su mensaje y lo tuve guardado en la agenda todo el año jaja. ¡Mil gracias, de verdad!
Y ahora sí, me despido, no sin antes ofrecerme a ayudaros en lo que pueda. Si alguien quiere contactar conmigo, puede hacerlo por aquí o por mi instagram, que es @lucia.riola
¡Toda la fuerza del mundo, compañeros! Recordad que lo único imposible es aquello que no se intenta