Existió una vez en un sitio muy lejano un lugar llamado La Plaza. Oculto en las tierras de Ministeria y muy difícil de alcanzar, La Plaza era un objetivo codiciado por muchos, pero no al alcance de cualquiera. Todos los años valientes partían en su busca, y la peregrinación era un duro camino.
En la última partida un grupo de aventureros se unió en aquel largo viaje. Sus orígenes eran diferentes, pero tenían en común que ninguno cejaba en su empeño de llegar a La Plaza. Aquellos héroes eran Luna, la juglar; Caléndulo, el madrugador; Yoguilo, la paseante; Mila, la ninja; Maisa, la de la bata gris; Lucía, la filiña, y Luara, la soñadora.
En el camino les asaltaban dudas sobre la ruta a seguir. ¿Asegurarían su objetivo recorriendo primero los Valles Clínicos? Una vez hecho esto, ¿sería mejor atravesar el Bosque Diferencial y partir luego por las Montañas Experimentales? No estaban seguros
También tendrían que hacer frente a varios enemigos, y los más poderosos eran Los escaqueos. Sobrevolando el paisaje y siempre expectantes, bajaban en picado cada vez alguno de los peregrinos se sentía cansado,
Pero por muy difícil que se pusiesen las cosas, aquel grupo contaba con la inestimable ayuda de la Guardiana de los Aspirantes, La Dama de la Higuera, Sole. Animaba a los aventureros a base de mini-simulacros y olas coloridas por las mañanas.
¿Conseguirán nuestros héroes adentrarse en Ministeria y cumplir su sueño de alcanzar La Plaza? Solo el tiempo lo dirá.